15 de febrero de 2025
¿Qué es lo que nos diferencia de las máquinas, si es que hay algo?
Expertos como Roger Penrose, Denis Noble, Joanna Millar, Scott Aaronson y Joscha Bach exponen sus puntos de vista sobre la mente, la conciencia y el papel de la tecnología. Comparto aquí algunos aprendizajes que me impactaron y pueden hacerte reflexionar:
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¿Qué nos hace diferentes de las máquinas?
Expertos como Roger Penrose, Denis Noble, Joanna Millar, Scott Aaronson y Joscha Bach exponen sus puntos de vista sobre la mente, la conciencia y el papel de la tecnología. Comparto aquí algunos aprendizajes que me impactaron y pueden hacerte reflexionar:
- Consciencia e “incertidumbre”:
Algunos plantean que la clave de nuestra conciencia está ligada a la naturaleza impredecible del cuerpo (esa “aleatoriedad” en sistemas biológicos como el agua y las neuronas).
En cambio, los sistemas de IA funcionan mayoritariamente sobre estructuras “estables” (chips de silicio), sin esa misma capacidad de fluctuación constante.
- Más allá de la mera computación:
Penrose propone que, si solo fuésemos cálculos (aunque fueran cuánticos), aún no bastaría para explicar la conciencia. Sugiere que hay algo “no computable” relacionado con la gravedad cuántica que todavía desconocemos.
Otros lo ven especulativo, pero valoran la honestidad de afrontar la incógnita de dónde surge el entendimiento genuino.
- La importancia del “cuerpo” en pensar y sentir:
El pensamiento no es solo una serie de reglas lógicas; nuestra experiencia, emociones y biología —todo aquello que nos vuelve humanos— influyen en cómo razonamos.
- Separar la mente del cuerpo, como a menudo se hace con las IA, conlleva dificultades para replicar lo que sentimos las personas.
Lo que se puede copiar y lo que no:
Un robot o un modelo de lenguaje se puede “reiniciar” o “reemplazar” sin cambiar su esencia. Nosotros no podemos “volver atrás” de la misma manera; vivimos y decidimos en tiempo real, y cada elección es única.
¿Entendemos realmente lo que es “entender”?
Varios ponentes destacan que, incluso en nosotros, la comprensión a veces es vaga o intuitiva.
Paradójicamente, las máquinas pueden construir modelos sorprendentes del mundo sin “sentir” nada. ¿O sí lo hacen de alguna manera nueva? La discusión sigue abierta.
No hay un consenso único. Lo que sí parece claro es que, al ver cómo aprendemos y cómo “aprenden” las IA, nos acercamos a preguntas profundas sobre quiénes somos y qué significa estar vivos. Aún hay mucho por descubrir, tanto en la biología de nuestra mente como en las posibilidades (y límites) de la inteligencia artificial.
